OSCURA ES LA NOCHE

Un hotel decadente en el norte de la península.

Un bosque donde sigue viva la huella de los lobos.

Dos mujeres unidas a través del tiempo por el sonido de una melodía y el deseo de ser escuchadas.

UNA LEYENDA. UN MISTERIO. UNA CANCIÓN.

A principios de otoño, Sandra O’Brian, la vocalista del famoso grupo de rock Las Hijas Salvajes, llega a Santa Bárbara, una pequeña ciudad costera rodeada de montañas en el norte de España. La joven quiere recuperar la inspiración musical, así que se aloja en el aislado y semivacío hotel París, legado de los felices años veinte del pasado siglo, cuando la localidad vivió su época dorada como destino de veraneo.

La primera noche, mientras Sandra trata de conciliar el sueño, oye una melodía hipnótica y maravillosa. Pero cuando sale al pasillo en busca de la voz, no ve a nadie. ¿Podría ser la nana que tocaban para Candela Nieto, la rica heredera que se alojó uno de aquellos veranos en el hotel París y cuya misteriosa vida sigue inundando la ciudad? ¿O tal vez es la canción que sonaba en las fifi estas clandestinas que se celebraban en el hotel esas semanas mágicas en las que la alta sociedad del país elegía Santa Bárbara como destino estival? ¿O es más bien la melodía de una leyenda de lobos, esos que todavía a veces aúllan en los montes que rodean la ciudad, que habla de una supuesta maldición que acompaña a algunas mujeres?